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viernes, 24 de febrero de 2012

Relaciones Iglesia - Estado

Todas las Transversales deben de ser revisadas por si acaso, para mejorarlas o lo que sea. Gracias.

Transversal Historia Relaciones Iglesia-Estado

El problema de fondo de las relaciones Iglesia- Estado en los siglos XIX-XX, fue la de “adaptar” la Iglesia a un nuevo concepto de Estado.
Hasta ahora, en el Régimen Feudal, la Iglesia se había introducido, más de lo conveniente, en el Sistema, pasando a ser una clase nobiliaria más, es decir, con poderes temporales.
La Revolución francesa y la formación de las repúblicas americanas hicieron surgir una concepción del Estado totalmente inédita. El Estado no era ya la dinastía, sino el país y su población.


El pueblo se da a sí mismo la constitución, es decir, se crea el Estado, sea éste monárquico o republicano, y aparece ahora ante la población como una entidad dotada de vida propia.
Durante la guerra de Independencia la Iglesia tuvo una gran influencia en las personas y en su espíritu patriótico para defender España de los franceses.

Constitución liberal de 1812
“Art. 12. La religión de la Nación española es y será perpetuamente la católica, apostólica, romana, única verdadera. La Nación la protege por leyes sabias y justas y prohibe el ejercicio de cualquier otra.”
La Constitución de 1812 creada en las Cortes de Cádiz instauró a la Iglesia católica como la religión oficial del Estado, pero redujo sus privilegios. Con el regreso de Fernando VII todo volvió a ser como era en el Antiguo Régimen ya que revocó la Constitución. Hubo un breve periodo en el reinado de Fernando VII en el cual la Iglesia dejó de tener el poder que poseía durante el Antiguo Régimen, el Trienio Liberal, en el cual se reinstauró la Constitución. Aquí también se reactivó la desamortización, y hubo una reducción del número de órdenes religiosas.

Carlismo e isabelismo (a partir de 1833) Pag. 173
Los carlistas defendían el absolutismo, y por tanto, los privilegos del clero, pero la Iglesia, habiendo aprendido de otras épocas, intentó adaptarse al nuevo tipo de Estado.

Los isabelinos, por otro lado, defendían la igualdad. La Iglesia apostó por este Sistema, ya que éstos querían un estado confesional católico, aunque se mantuvieron al margen prudentemente, para ver cómo se desarrollaban los acontecimientos.

Estatuto Real de 1834
En él, Martínez de la Rosa estableció la división de las Cortes en dos cámaras, donde se situaba a la Iglesia en la Cámara alta, por lo que el Vaticano mantuvo buenas relaciones con este gobierno.

Liberales moderados y progresistas Pag. 179
Es importante mencionar que los liberales aceptaban cierta adhesión de la Iglesia al Estado, pero los progresistas buscaban una separación tan radical que era imposible en aquellos tiempos, y dejaba a la Iglesia prácticamente aislada, por lo que el Vaticano no se llevaba bien con ellos.

Constitución progresista de 1837
La ineficacia en el poder del progresista Mendizábal no frenó su “magistral” idea de vender los bienes de la Iglesia para hacer frente a la fuerte crisis económica.
Esta medida lo único que consiguió fue empobrecer a las clases más bajas. Por supuesto, en esta época las relaciones Iglesia- Estado fueron nefastas.
La desamortización continuó en la Regencia de Espartero.

Constitución moderada de 1845
Por la promulgación de libertades dentro de esta Constitución, se firmó un Concordato con la Santa Sede por el que se suspendía la desamortización y por el que el Estado se comprometía a sostener los gastos eclesiásticos. Por su parte la Santa Sede aceptó como un hecho consumado la desamortización.
Durante el Bienio progresista, Madoz reactivaría tal desamortización.

Regencia de Serrano (1868-1870) Pag. 191
Se decretó la libertad de culto, la supresión de las órdenes religiosas y se reanudó la desamortización de bienes eclesiásticos, lo que indispuso al Gobierno con las autoridades eclesiásticas.

Constitución de 1869
Libertad de cultos religiosos, libertad de enseñanza. En política, lo que con frecuencia decidía no era el bien del país, sino el prestigio: en política colonial, en las relaciones comerciales, hasta en las distintas ramas de la economía. De ahí también el esfuerzo del Estado para controlar lo más posible la educación de la juventud. En los manuales escolares prescritos por los gobiernos solían inculcarse en las mentes infantiles las ideas de unidad y libertad nacional, de poder, grandeza y gloria, a veces con ayuda de las falsedades más ridículas.
Es decir, inculcarles sus “valores” desde pequeños (véase Educación Para la Ciudadanía).

La Iglesia tampoco aceptó el reinado de Amadeo I de Saboya

La I República Pag. 195
Su Carta Magna (Constitución de 1873) establecía la separación radical entre la Iglesia y el Estado.

Constitución de 1876
El establecimiento del catolicismo como la religión oficial del Estado fue el punto que suscitó mayor polémica. Daba permiso a otros credos siempre que se ajustasen a la moral católica y con prohibición de sus manifestaciones públicas.
Se restableció el Concordato, que garantizaba aportaciones económicas a la Iglesia.

Gobiernos Conservadores (1875-1881) Pag. 210
 Cánovas. Defendían la exclusividad de la religión católica

Gobiernos Fusionistas (1881-1884) Pag. 211

Sagasta. Defendían la libertad de cultos

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